El traslado de alimentos es un aspecto crítico en la cadena de suministro de la industria alimentaria. Para los gerentes de logística, entender las normativas y mejores prácticas es esencial para garantizar que los alimentos lleguen a su destino en condiciones óptimas.
En este artículo, exploraremos las normativas en Chile y ofreceremos ejemplos de mejores prácticas que aseguren la seguridad e higiene en el transporte de alimentos.
Normativas en Chile para el traslado de alimentos
En Chile, el traslado de alimentos está regulado por una serie de normativas que buscan garantizar la seguridad y calidad de los productos alimenticios. Estas regulaciones están establecidas por el Ministerio de Salud y la Agencia Chilena para la Inocuidad y Calidad Alimentaria (ACHIPIA).
Leyes y reglamentos clave
La Ley de Alimentos es la base legal principal que regula todos los aspectos relacionados con la manipulación, transporte y almacenamiento de alimentos. Esta ley se complementa con varios decretos y normativas específicas, como el Decreto Supremo N° 977, que establece los requisitos para la manipulación higiénica de los alimentos.
Requisitos de transporte
El Decreto Supremo N° 977 detalla las condiciones de transporte, incluyendo la necesidad de vehículos adecuados, la temperatura controlada y la higiene estricta. Los vehículos deben estar diseñados para prevenir la contaminación y mantener las condiciones ambientales óptimas para cada tipo de alimento.
Mejores prácticas para el traslado de alimentos
Adoptar mejores prácticas en el traslado de alimentos no solo asegura el cumplimiento de las normativas, sino que también optimiza la eficiencia y reduce el riesgo de pérdidas.
A continuación, te presentamos algunas de las mejores prácticas recomendadas, en dos escenarios. El primero es cuando en la empresa tienen una flota propia y el segundo, sería cuando tercerizas el transporte con un operador logístico.
1) Flota propia
Capacitación del personal
El personal encargado del transporte debe estar debidamente capacitado en prácticas de higiene y manejo seguro de alimentos. Esta capacitación es esencial para garantizar que los alimentos lleguen a su destino en condiciones óptimas y sin riesgos para la salud. La formación debe incluir el uso adecuado de equipos de refrigeración para mantener la cadena de frío, asegurando que los alimentos perecederos se transporten a las temperaturas correctas.
Además, es crucial que el personal sepa cómo limpiar y desinfectar los vehículos para prevenir la contaminación cruzada y mantener un entorno higiénico. También deben estar preparados para manejar emergencias, como fallos en los equipos de refrigeración o derrames, para minimizar cualquier riesgo y garantizar la seguridad de los productos alimenticios durante el transporte.
Esta formación no solo mejora la seguridad alimentaria, sino que también incrementa la eficiencia operativa y la confianza del cliente en el servicio de entrega.
Mantenimiento de vehículos
El mantenimiento regular de los vehículos es crucial para evitar fallos que puedan comprometer la seguridad de los alimentos. Realizar revisiones periódicas de los sistemas de refrigeración asegura que las temperaturas se mantengan dentro de los rangos seguros, evitando el deterioro de los productos perecederos.
Además, una limpieza exhaustiva de los vehículos es esencial para prevenir la acumulación de residuos y la proliferación de bacterias, lo que podría causar contaminaciones cruzadas. Las verificaciones de estanqueidad son igualmente importantes para asegurarse de que no haya fugas o entradas de contaminantes externos.
Este enfoque integral en el mantenimiento no solo garantiza la seguridad de los alimentos, sino que también prolonga la vida útil de los vehículos y mejora la eficiencia operativa.
2) Logística tercerizada
Cuando el traslado de alimentos se terceriza a un operador logístico, es vital establecer una comunicación clara y continua. A continuación, algunos pasos clave a seguir:
- Selección del operador: Elegir un operador logístico con experiencia comprobada en el transporte de alimentos y que cumpla con todas las normativas sanitarias y de higiene.
- Auditorías e inspecciones: Realizar auditorías regulares y visitas de inspección para asegurarse de que los procedimientos de transporte del operador cumplan con los estándares requeridos.
- Contratos claros: Establecer contratos detallados que especifiquen los requisitos de temperatura, higiene y manejo de emergencias.
- Monitoreo en tiempo real: Implementar sistemas de monitoreo en tiempo real para supervisar las condiciones de transporte, asegurando que se mantengan las temperaturas y condiciones adecuadas durante todo el trayecto.
- Capacitación conjunta: Organizar programas de capacitación conjunta para el personal del operador logístico, alineando sus prácticas con los estándares de la empresa contratante.
Ejemplos de casos específicos
Analizar casos específicos puede ofrecer una visión más clara de cómo implementar estas prácticas de manera efectiva.
Caso 1: Transporte de lácteos
El transporte de productos lácteos requiere mantener una cadena de frío constante para prevenir el crecimiento bacteriano. En Chile, una empresa láctea implementó un sistema de monitoreo de temperatura en tiempo real, permitiendo ajustes inmediatos en caso de fluctuaciones. Esto no solo garantizó la calidad del producto, sino que también redujo pérdidas y mejoró la confianza del cliente.
Caso 2: Transporte de frutas y verduras
El traslado de frutas y verduras frescas demanda condiciones específicas para evitar daños físicos y pérdida de calidad. Un productor chileno adoptó embalajes innovadores que protegían los productos y facilitaban la ventilación adecuada. Además, los vehículos estaban equipados con sensores de humedad, asegurando un ambiente óptimo durante todo el trayecto.
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Beneficios de las buenas prácticas en el traslado de alimentos
Implementar estas buenas prácticas trae numerosos beneficios tanto para las empresas como para los consumidores.
Reducción de pérdidas
El mantenimiento adecuado de la cadena de frío y la higiene en el transporte reducen significativamente las pérdidas por deterioro. Al asegurar que los productos perecederos se mantengan a las temperaturas correctas y en condiciones higiénicas, se minimiza el riesgo de que los alimentos se echen a perder durante el transporte.
Esto se traduce en ahorros económicos, ya que menos productos se desperdician, y en una mayor eficiencia operativa, al evitar interrupciones y problemas relacionados con la calidad de los alimentos.
Además, mantener una cadena de frío robusta y prácticas de higiene estrictas fortalece la confianza de los clientes en la capacidad de la empresa para entregar productos seguros y frescos, mejorando la reputación y la satisfacción del cliente.
Mejora de la calidad del producto
Los alimentos transportados bajo condiciones óptimas mantienen mejor su calidad nutricional y organoléptica, ofreciendo productos frescos y seguros a los consumidores. Mantener la cadena de frío y asegurar prácticas de higiene adecuadas durante el transporte son cruciales para preservar los nutrientes y las características sensoriales de los alimentos, como el sabor, la textura y el aroma.
Cuando los alimentos llegan a los consumidores en su mejor estado, no solo se garantiza la seguridad alimentaria, sino que también se mejora la satisfacción del cliente. Los consumidores valoran recibir productos frescos y de alta calidad, lo que puede incrementar su lealtad y confianza en la marca.
Conclusión
El traslado de alimentos en Chile está fuertemente regulado para asegurar la seguridad y calidad de los productos alimentarios. Adoptar mejores prácticas en este proceso es esencial para cumplir con las normativas y optimizar la eficiencia logística.
Desde la capacitación del personal hasta el mantenimiento de vehículos, cada detalle cuenta para garantizar que los alimentos lleguen en perfectas condiciones a su destino final. Implementar estas prácticas no solo cumple con la normativa, sino que también mejora la satisfacción del cliente y la eficiencia operativa, beneficiando a toda la cadena de suministro.